"¡Cuán profunda es la vida religiosa bien comprendida
y practicada como debe serlo! Es una vida esencialmente de culto divino y de reparación.
"Leed lo que dice el apóstol
San Pedro a los fieles, y de qué
modo debéis portaros vosotras, sus privilegiadas
y sus escogidas: “Sois una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para anunciar las perfecciones de Aquel
que
os ha llamado a su admirable luz”.
"Muchos entre los
cristianos olvidan y desconocen
estos grandes principios:
¿Tienen conciencia de que no están en la tierra
sino
para conocer, amar y servir a Dios, y mediante esto obtener la
vida eterna? Y vosotras habéis sido escogidas para ser en Mí y
conmigo las suplentes de la humanidad: no sois religiosas sino para esto... como Yo fui a este fin el religioso del Padre."
* * *
"Almas religiosas, almas contemplativas,
a vosotras me dirijo
más en particular: ¿Habéis comprendido
vuestra misión...la responsabilidad
que os incumbe… si no sois uno de esos justos
escogidos por Mí a favor del mundo?
"Grande es vuestra misión en la hora presente;
continuamente
debéis tener los brazos elevados al cielo, ya sabéis lo acontecido
cuando Moisés, cansado,
dejaba caer los brazos; los combatientes veían al enemigo ganando terreno.
"Si a vuestros hermanos combatientes les es tan costoso y difícil el vencer, ved si en poco o en mucho no tenéis la culpa.
"Cuánto tiempo no habéis robado a la obra que Yo os tenía confiada...
tiempo perdido para Mí y dado a la tierra, fuera de mi voluntad... tiempo perdido en entreteneros, en discutir con el
enemigo,
y aún en mirarle para ver lo que quería hacer o decir... a
vosotras he dicho: permaneced en
mi amor. Mi corazón es la fortaleza inexpugnable
donde nada tenéis que temer de vuestros enemigos; y esta fortaleza está siempre abierta al humilde, al pobre, al pequeño, al convencido de su miseria y que confía en mi Amor Misericordioso".
* * *
"¡Oh
Cristo Rey, por el Corazón Inmaculado de María, me doy de nuevo a Vos para
vivir desde ahora más plenamente de la vida que vuestro amor misericordioso ha
elegido para mí en sus designios de predilección. Perdonadme el no haberlos
comprendido y el haber correspondido tan mal a tantas gracias y atenciones.
Jesús, sed mi Salvador, y en estos momentos haced de Salvador... no sólo para
conmigo, sino para todas las almas de mis hermanos, y con ellos, formando un
sólo corazón, renuevo mis votos sagrados de obediencia, castidad y pobreza, por
los que os consagro todo mi ser, para no vivir sino de vuestra voluntad, en la
caridad, despojada de cuanto no seáis Vos, y no queriendo otras intenciones
sino las vuestras, ni otra morada que vuestro Corazón en el cual quiero vivir y
morir, sobre la Cruz, como pequeña hostia vuestra, viviendo de vuestra vida
toda de amor!.
Yo
quiero, amo y doy la preferencia a cuanto Vos habéis querido para Mí. María, mi
buena Madre hacedme como vos y con vos la humilde y fiel sierva de Cristo Rey. Amén".
P. M. SULAMITIS.