“Hay una vergüenza
del pueblo cristiano que concierne especialmente a las mujeres: la indecencia
en el vestir… Es una verdadera ruina no tan sólo de su dignidad cristiana sino
aun también de su dignidad humana. Hay algunas que buscan la manera de
compaginar este proceder vergonzoso con la profesión de la religión y de la fe católica.
Es una verdadera inconsciencia, que a almas que deben ser templos de Dios, las
hace, como dice San Pablo (I Cor. VI, 15), miembros
de mujeres de mal vivir. He ahí un gran mal y causa de otros mayores
todavía… un mal contra el que no se podría clamar nunca bastante, no sólo para
defender los templos materiales, sino también los templos de Dios, que deben
ser la carne y el alma de todo cristiano marcado con el sello indeleble de
Jesucristo”.
(Encíclica “Quas Primas”, Dic. 1925,
sobre Cristo-Rey, y discurso del Papa a los predicadores de Cuaresma de Roma en
1926).
Misión de la joven y de la mujer cristiana en la sociedad.
Mientras vuestros hermanos, vuestros
padres o vuestros esposos, ¡oh jóvenes doncellas y esposas cristianas!,
combaten para conservaros la fe y proteger la religión… para defender los
derechos del bien y conquistar la libertad… a vosotras os también incumbe también
una parte, y es la de sostenerlos con vuestras oraciones y ejemplos en el
cumplimiento del deber y en la prosecución del bien, por el reinado de Cristo,
no en palabras sino en verdad…
Se ha oído ya la voz del Papa dando
la orden, levantando los ánimos y excitando a todos los sacrificios: ¿Os
quedaréis atrás vosotras, cuya influencia es tan grande y tan eficaz en torno
vuestro?... Tenéis que luchar también en estos momentos; y ¿de qué manera?
Dando testimonio vosotras mismas de lo que sois y demostrando que pertenecéis a
Cristo Rey… y a la Virgen Inmaculada, vuestra Madre… que seguramente deseáis
ver reconocida en todas partes como Reina del Universo.
Asemejaos a María.
Una hija ha de parecerse a su madre,
tiene que encontrarse en ella cierto sello que la recuerde… Dirigid a María
frecuentes miradas. ¿No os impresiona en Ella desde el primer instante su
pureza, su candor, su modestia? ¡Es la Inmaculada!
Vosotras
que sois sus hijas, considerad lo que vuestra Madre celestial os podrá decir al
miraros en este momento… reparad lo que en vosotras, en vuestra compostura, en
vuestras miradas y conversaciones no fuere conforme a María e hiriera su vista
virginal y tan pura…
Entrad en la Liga.
Lo que forma también vuestro mayor
encanto es el pudor y la modestia, no os expongáis a perderlo… Vivís en tiempos
de contagio; una verdadera peste se propaga en estos momentos contra la pureza
de las costumbres; sus progresos son crecientes… y muchas de las mismas almas
que al principio los deploraban, poco a poco han ido dejándose invadir.
El mal ha venido progresivamente; va
acentuándose y adquiere proporciones aterradoras… Viene por vosotras, como
antes vino por Eva. El remedio debe venir también por vosotras.
No podéis permanecer insensibles
cuando amenaza la ruina y la ira del Señor va a derramarse sobre un país: HAY
QUE UNIRSE para forzar al Cielo, haciendo cuanto esté a vuestro alcance para
que cesen los desórdenes que producen tantos males, y preparen otros aún
mayores…
Si habéis sabido manteneros en
humilde modestia hasta ahora ¿no habéis sufrido cruelmente al tender la vista
en derredor vuestro?
¿Cuántas veces, si sentís lo que
valen las almas, la Sangre de Cristo, la eternidad… no habéis sido forzadas a
bajar los ojos con una tristeza indecible, ante el modo de presentarse de
vuestras compañeras, de vuestras amigas, de las que hasta ahora merecían vuestra
estima?
Ha llegado el momento; armaos de
todas vuestras energías, a fin de promover por medio de esta Liga un levantamiento cristiano
contrario a la disolución pagana…
Y si os habéis dejado arrastrar,
acogeos a la tabla de salvación; vuestra calidad de cristiana y tal vez el
puesto que tengáis en tal o cual obra de celo os ayudarán en esta empresa.
Cómo podremos cooperar a este santo levantamiento.
Hay que hacer en esta hora una
verdadera campaña de ORACIONES para que la luz divina ilumine a las almas que
corren al abismo como burlándose… ¿No se ha dicho: Velad y orad para que no caigáis en la tentación? (S. Mateo, XXVI,
41; S. Marcos, XIV, 20). Esta vigilancia debe efectuarse en el vestir, en los
modales, en las conversaciones…
¿Por qué no ejercitar vuestro arte y
vuestro buen gusto en un vestido verdaderamente cristiano, sin consentir que
estas paganas, de las que vosotras mismas venís a ser esclavas, se os impongan
y os arrollen?... Esto no es conforme a vuestro carácter cristiano… La mujer
prudente ha de ser humilde, pero firme en su piedad, en su fe, en el
cumplimiento del deber, en su celo por el buen ejemplo de la familia…
¿Qué será de los “pequeños”, si la
hermana mayor, que hace las veces de ángel bueno, y la madre, no saben dar
ejemplos de modestias y bondad?... ¿En qué peligros se verá su inocencia?...
Pensadlo bien. Sois responsables de
estas tiernas almas que debieran respirar en la familia el atractivo de la
pureza, de la virtud… y aprender, con vuestro buen proceder, la práctica de mis
enseñanzas…
Volved a las BUENAS TRADICIONES, al
verdadero celo; sabed sacrificar estos entretenimientos frívolos que debilitan el
alma haciéndola vivir en las quimeras de la imaginación y no en la realidad de
la vida…
La doctrina de Cristo siempre es la
misma, cuesta alcanzar el cielo lo mismo que antes, no se ha ensanchado la
puerta, sigue estrecha (S. Mateo, VII, 14). Son muchos los que corren al abismo;
no queráis ser de este número… Tened valor para renunciar a todo lo que no sea
decente en vuestro vestir y en vuestra compostura.
Sosteneos mutuamente en esta empresa.
Así como el mal ha venido por
contagio, el bien tiene que producirse por un santo entusiasmo que arrastre a las
demás…
No seáis, para practicar el bien y
contribuir a la salvación de vuestras compañeras y de la sociedad, más tímidas
que audaces han sido los partidarios de Satanás para hacer llevar a tantas
almas, aun aquellas que pertenecen a Cristo, la librea de su enemigo. Por la
moda han logrado imponerse a un crecido número de almas. No hay apenas nadie
que no haya sido atacado y que no haya sufrido en sí mismo o en la persona de
su prójimo… Reaccionad generosamente. Abrazad en su totalidad los medios que os
son ofrecidos.
Tenéis que librar en estos momentos
una verdadera batalla hasta alcanzar la victoria contra el mal. Sed generosas y
fieles. Cristo os lo tendrá en cuenta. Trabajáis para el Rey, y María, que es
la que ha inspirado esta CRUZADA CONTRA
LA MODA, os contempla y protege. Ella ha de bendeciros y teneros por hijas
suyas verdaderamente fieles, y en vuestro corazón reinará con su Divino Hijo.
¡Cuántas almas recibirán de esta manera la salvación por Ella!
¡Adelante! Por la gloria de Cristo y
el gozo de su santa Madre. Los impúdicos
no poseerán el Reino de Dios. (I Cor. VI, 10).
Promesas del Bautismo
Yo renuncio a Satanás, a sus pompas, a sus obras, y me entrego a
Jesucristo, a su ley y a su Iglesia para siempre.
María,
Reina de las Vírgenes, rogad por nosotros.
He aquí la esclava del Señor.
Ofrecimiento.
Padre
Santo, por el Corazón inmaculado de María, os ofrezco a Jesús, vuestro Hijo muy
amado, y me ofrezco yo misma en Él, con Él y por Él, a todas sus intenciones y
en nombre de todas las criaturas.
(300
días de indulgencia cada vez, plenaria
una vez al mes. Pío XI, 10 de Junio
de 1923).
P. M.
SULAMITIS.
NIHIL OBSTAT: FR. IGNATIUS G. M.
REIGADA, O. P.
27 Januarii 1930.
IMPRIMATUR:
FRANCISCUS, Episcopus Salmantinus.