jueves, 26 de mayo de 2016

"La imagen de Jesucristo Amor Misericordioso"

¡YO SOY EL AMOR MISERICORDIOSO!


Esta imagen recordará a las almas piadosas que "Aquel" a quien reciben en la Eucaristía y que se ofrece en el Altar es el mismo que se inmoló por todas las almas en la Cruz y que nos descubrió su Corazón. En ella aparecen reunidas las mayores manifestaciones del Amor Misericordioso: su Cruz, su Hostia, su Corazón, los Santos Evangelios.

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"Hay que orar mucho, para el cumplimiento de mi voluntad y para la gloria de mi Amor Misericordioso. Orar para que las almas comprendan bien lo que yo deseo, que es darme a conocer en la verdad de mi caridad infinita, en mi Amor Misericordioso, hacerme conocer como tal sobre la Cruz, en mi Hostia, en mi Evangelio, y todo esto por mi Corazón, que quiero yo descubrir en estas diversas manifestaciones de mi amor".

"Lo que parece obstáculo, es medio para mi plan divino. Yo dispongo todas las cosas a esta hora para el bien. Tened fe en Mí, y en las horas más sombrías, en los días de tormenta, esperad siempre, esperad contra toda esperanza; no puede ser que destruyan lo que es la misma esencia de la Religión, tanto más que lo que os pido no es tal o cual cosa externa, sino que hagáis conocer a las almas mi Amor Misericordioso por el Evangelio… en la Hostia y sobre la Cruz".

"Lo que deseo es que se enseñe a las almas a leer en todas partes mi misericordioso amor, que se les enseñe a guardar mi palabra… a amarse unos a otros…"

"Muchos de vosotros no sabéis hacer uso de las imágenes. ¡Cuántos se conmueven simplemente de lo que impresiona sus sentidos, y no van más allá! Yo quisiera que estas imágenes devotas os sirvan de puerta para hacer vibrar vuestros corazones, y haceros luego producir los actos que mi amor espera. [...] y pueda yo así descubrirme a las almas en la verdad, tanto como es posible. [...]"

"Cuando miráis con los ojos del cuerpo, abrid los de vuestra alma, y pedid al Espíritu Santo ilumine vuestra inteligencia, mueva vuestro corazón e inflame vuestra voluntad en divinos ardores".

         "Y sentiréis entonces un deseo inmenso de uniros cada vez más a Aquel cuya imagen contempláis, y vuestro espíritu, vuestro corazón, vuestra voluntad, se volverán irresistiblemente hacia el Sagrario donde yo realmente moro, hacia el altar donde yo me ofrezco. Únete a Mí… ofrécete a Mí y Conmigo; para esto soporta lo que yo te envío en aquella hora, dame tu parte de sacrificio. Inmolémonos juntos; así es como el amor se prueba… y para que tu holocausto sea más agradable a mis ojos y lo pueda yo recibir para gloria mía, vive en la caridad. Sé todo caridad, para agradarme y para observar mi sagrado Mandamiento".